Pies desnudos

Certera flecha, que envenenada rompió la carne de este cuerpo cargado de cicatrices invisibles de la vida.
Llámalo tormenta perfecta, la que desató aquel día en que descalza atravesaste el umbral del portal.
Yo que no entiendo de magia y ahora soy un aprendiz de tu mirada;
sed y saciedad;
mi goce al ver el movimiento de tus caderas .
Aprendiz de lo imposible y te sueño en los sentidos.. 
Impertérrito vagabundo que tiene el pecho atravesado en lo imposible,
sangrante herida de un caminante viajero que se arrodilla pidiendo salvación.
-Gustavo Guevara-

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